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Un refugio personal

¡Buenos días!

¿Cómo ha ido la vuelta a la rutina? La mía este año está siendo dura...todavía no me hago a la idea de que el verano ha terminado.

Es por eso que cuando encuentro pequeñas cabañas como esta mi mente vuelve a un estado vacacional. Y es que vivir en un pequeño cobertizo como este tiene que transportarte a un verano que nunca termina.

Me encantan los espacios personales, esos donde no se da prioridad a lo que el sentido común nos dicta, y dejamos que cobren importancia los objetos que realmente nos acompañan en nuestro día a día. En este caso, los detalles son las piezas claves.

Un pequeño escritorio-estantería, un sofá con un estilo afrancesado y miles de pequeños objetos hacen de esta cabaña un lugar perfecto donde evadirse de la realidad.

La silla de mimbre, el espejo sol, el collage de ventanas que crean la fachada... todo tiene un "algo" que lo hace diferente.

Incluso la parte trasera de esta cabaña en el bosque tiene un aire bohemio, pero a su vez refinado, que aporta ese aire personal que tanto me gusta.

¿Qué os parece?

¿Podíais escaparos unos días aquí?

¿Qué objeto de este pequeño cobertizo es vuestro favorito?

¿Cómo lleváis la vuelta a la realidad?

¡Nos vemos en el próximo post!

*Visto aquí

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