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Una Vivienda Muy Personal

¡Qué rápido pasan las semanas! Otra vez volvemos a la carga tanto en el blog como en Ahora Zona Media.

 

Creo que últimamente he estado muy centrada en enseñaros casas de estilo nórdico: blancas, espaciosas, con detalles en maderas naturales... Supongo que las tendencias en decoración me llevan a escoger este tipo de espacios. 

Por eso, cuando vi la casa de Lindsay y Gregory  me llamó la atención. Ellos no han seguido ningún tipo de dictado estético, todo lo contrario, crearon su casa con el corazón y los recuerdos especiales.

 

Cuando Lindsay se quedó embarazada, su marido y ella decidieron que era hora de mudarse a una casa más grande. Al encontrar una antigua casa en Baton Rouge, en Luisiana, decidieron reformarla. Empezaron comprando algunos muebles y pintando las paredes de un amarillo claro... Al terminar la primera reforma no se vieron contentos con el resultado, así que decidieron empezar de cero, eligiendo esta vez muebles y detalles especiales, que tuvieran una historia detrás. Elementos que les "gustaran siempre", como cuenta Lindsay.

Así que después de esta dura decisión se pusieron manos a la obra... Poco a poco consiguieron ir juntando recuerdos, sentimientos, rescatar objetos con significado y únicos.

De esta manera han conseguido una casa tan especial y acogedora como la que tienen hoy en día.

 

Como ellos cuentan, el salón es el espacio donde siempre terminan: ya sea con un buen libro, reunidos con amigos o sentados en la vieja mecedora, un regalo que hizo Gregory a Lindsay en su embarazo. "Los días de mecer a Olivier ya se han olvidado, pero siempre sigue siendo el rincón perfecto en las tardes de invierno con una buena taza de chocolate mirando la chimenea".

Y es que en esta vivienda todo tiene una historia que contar. Como las láminas que cuelgan de la pared del salón. Son un recuerdo de cuando Lindsay trabajaba en Antropologie. Lindsay no quiso restar importancia a estas ilustraciones y optó por colgarlas con un sencillo sistema de cortinas de Ikea. En realidad, los colores vibrantes de las flores son suficiente para hacer especial esta sobria composición.

El comedor es un espacio pequeño a continuación del salón compuesto por regalos, lo que aporta a este espacio una estética ecléctica y muy especial para Lindsay. La mesa fue un regalo de compromiso de su madre, la compraron en una subasta en Los Ángeles y ella le convenció de la comprara, meses más tarde se la cedió. Las sillas de estilo antiguo fueron un regalo de Gregory a Lindsay también por su compromiso.

"Un espacio lleno de amor y de historia" dice Lindsay.

En el espacio en el que se unen el salón y el comedor encontramos una pared con una extraña composición de la que nos apetece conocer su historia:

 

Resulta que el mueble es un antiguo casillero recuperado de una vieja escuela de Luisiana y ahora sirve para almacenar recuerdos de amigos y seres queridos.

 

La bandera la adquirieron en un festival de antiguedades de Texas. "Probablemente, sean los diez dólares mejor invertidos en mi vida" cuenta Lindsay.

 

La casa está repleta de detalles en cada rincón, no hay un solo objeto escogido al azar.

En el pasillo podemos ver como Olivier dibuja a su familia en la pared-pizarra mientras la bandera americana vintage, hecha en Filadelfia, cuelga de la pared.

En la entrada de la casa, un pequeño rinconcito cerca del salón, se han revestido las paredes con papel de lienzo fijado con clavos negros. El resto de detalles completa este espacio tan especial. La máquina de escribir antigua, el espejo de estilo barroco, los farolillos a ambos lados... ¡Todo encaja!

 

La habitación es un refugio de paz y tranquilidad donde descansar hasta altas horas los fines de semana.

El cabecero, un regalo de Gregory y su padre, está hecho con un árbol que cayó durante el huracán Katrina. "Teníamos muy poco dinero cuando nos casamos, pero lo que nació de una necesidad lo mantenemos ahora por la belleza".

En un rincón de la habitación una maleta preparada y ropa doblada encima de la silla. Como viajera frecuente, Lindsay mantiene todo su equipaje preparado, algo que ella atribuye "en parte a a la pereza, y en parte a la practicidad".

 

Terminamos la visita en el baño, donde la pareja ha querido mantener vivo el espírito de la antigua vivienda.

 

El baño no se podía utilizar cuando llegaron, pero Gregory y su padre le dedicaron unas semanas y, con mucha paciencia, cambiando instalaciones y revestimientos, consiguieron devolverle la vida. "Ganó mucho más de mi amor en esas semanas, a la vez que comprendió la desigualdad de nuestra casa" comenta Lindsay.

 

Los detalles se encuentran presentes incluso en el baño: el toallero con balda y espejo de aumento aporta el toque antiguo y de historia en este espacio.

 

¿Qué os ha parecido esta vivienda?

¿Verdad que está llena de detalles que la hacen muy especial?

 

Espero que os haya gustado el cambio de estilo. Las modas nos marcan las tendencias de cada temporada pero en esta vivienda el hecho de que todo tenga su pequeña historia detrás hace que cada espacio sea personal y totalmente atemporal.

¿No os parece?

 

*Podéis ver la casa al completo pinchando aquí

 

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