
Piero Fornasetti
Hoy toca rendir un homenaje a un italiano del que siempre he estado enamorada, al que no le importó su tiempo ni las convenciones sociales. Él decía que ningún artista debe buscar el éxito porque entonces no es un artista, sino un hombre que busca éxito.
Y él siguió esta premisa toda su vida. Nunca buscó la moda y vivió al margen del estilo artístico de su época. También en palabras suyas "Si te adaptas a la moda estás atrasado, porque entonces se habrán adaptado todos"
Él siguió su propio estilo, y no sólo en el arte, sino en todos los aspectos de su vida. Nació en Milán en 1913 en el seno de una familia burguesa. Estudió diseño en la Academia de Brera, de donde fue expulsado a los dos años por insubordinación. Para 1933 ya había expuesto sus primeros diseños en la Trienal de Milán.



Para Piero una idea sencilla era inspiración suficiente para crear miles de variaciones. Reinventaba la misma imagen una y otra vez, usando su imaginación. Entre sus temas más recurrentes encontramos soles, cartas, arlequines, manos, autorretratos...












Pero si hay un tema que repitió hasta la saciedad (hay 350 variaciones) es el retrato de la cantante de ópera Lina Cavalieri. Su enigmático rostro capturó a Fornasetti después de encontrarla en una revista. La hizo su musa y repitió su cara, sus ojos, sus manos en un sinfín de variantes.
Su rostro refleja la bellaza griega clásica y su expresión misteriosa la convierte en una segunda Mona Lisa.






Si os habéis quedado con las ganas de saber más sobre este hombre que se consideraba diferente a sus contemporáneos, no dejéis de visitar su página web. Sólo el inicio ya es diferente y divertido!