Empezamos la semana con buen pie y con un restaurante del que, sólo con escuchar la historia que lo inspiró, teníamos que publicarlo en el blog.

 

Un buen día Marco Colin, un diseñador gráfico y trotamundos, encontró en el sótano de una antigua vivienda un libro de cocina. Era un diario con recetas que perteneció a Malamén. En él, además de describir sus creaciones culinarias, contaba su sueño: abrir un restaurante donde poder llevar a cabo su cocoina. Fue entonces cuando Marco, junto con la ayuda del equipo de Ricardo Casas Design, decidió dar a conocer esta magnifica historia y hacer realidad los sueños de Malamén.

 

Poco después consiguieron abrir el restaurante en el concurrido barrio de Polanco, en Ciudad de México. El local respira la historia de esta cocinera por todos sus rincones. En el espacio principal, dos bancos corridos enfrentados separan las paredes: una con detalles de la vida de Malamén, en la otra encontramos marcos vacíos y espejos que aportan profundidad al espacio.

El techo tampoco pasa desapercibido, y es que cuenta con 28 rosetas de yeso que recuerdan a  las de la antigua casa donde se encontró el recetario. La barra de mármol de carrara, el suelo en rejilla de hexágonos... ¡no hay un detalle sin diseñar!

Si ascendemos al segundo piso, encontraremos toda una muestra de retratos y pinturas que Marco Colin, el diseñador gráfico que encontró a Malamén, ha dibujado con retazos e hitos que marcaron su vida.