¡Buenos días!

Ya estamos a finales de Julio, el sol aprieta, los días calurosos en el trabajo empiezan a ser insoportables...¡y nos inundan unas ganas tremendas de vacaciones!

Hoy os traigo un pequeño hotelito en la isla de Gotland del que poco más he conseguido averiguar. Parece que se trata de un antiguo granero cuyos dueños han reformado para crear un refugio donde desconectar. Perdido entre campos de cultivo, es un lugar perfecto para descansar después de un duro año de trabajo.

Sus revestimientos blancos contrastan con los muebles antiguos, de madera y hierro. Interiores sobrios, donde el mobiliario es escaso pero exquisito. Las dobles alturas se solucionan con ingeniosas escaleras de madera, aportando familiaridad a este pequeño hotel. 

Por lo que parece, las habitaciones van desde lo habitual - habitación doble con cama de matrimonio - hasta pequeños apartamentos con office para alojar a una familia.