A Orillas del Sena
¡Ya estamos de vuelta!
Qué ganas tenía de volver a encontrarme con vosotros en nuestra cita semanal en Ahora Zona Media.
¿Me habéis echado de menos tanto como yo a vosotros?
Este mes de Agosto, entre otras muchas cosas, he hecho un "viajecito" a París muy especial con unas amigas, y de ahí el post de hoy: este barco-casa a orillas del Sena.
La verdad es que quedé muy impresionada con la cantidad de barcos convertidos en pequeñas viviendas y apartamentos que inundan este gran río que cruza París de punta a punta y apunté una dirección para poder enseñaros esta opción de alojamiento por si queréis visitar la ciudad del amor de una forma diferente.
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Le Budoir de Serendipiti es un barco-hotel con una decoración cuidada hasta el último detalle, sus increíbles espacios dan cuenta de ello. Fijaros en las zonas comunes con una estética muy actual y acogedora, con muebles tan emblemáticos como la chaise longe LC4 de Le Corbusier en su zona de lectura, pero en la que también contramos otros muebles anónimos, muebles recuperados que aportan personalidad a esta estancia. Agradable y muy acogedora.
La estética industrial, inherente a cualquier barco, se refleja sobre todo en en la cocina. Realizada con un material poco usado en los interiores de los barcos por su peso: el hormigón, está diseñada totalmente a medida con una forma en L para aprovechar lo mejor posible el espacio.
En el centro de la habitación destaca la mesa de comedor creada con dos pupitres antiguos.
En esta cocina se preparan los desayunos caseros que se sirven a los huéspedes y que pueden decidir tomarlo en el interior de la misma...
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...¡o en cubierta con unas magníficas vistas!
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Por último, las habitaciones.
Disponen sólamente de tres estancias donde podemos alojarnos, de ahí que la atención a cada huésped pueda hacerse de una forma totalmente personalizada y de una manera única.
Las tres habitaciones tienen estilos muy diferentes y marcados y se distinguen entre ellas gracias a la decoración.
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¿Qué os parece este concepto de hotel?
A mí me ha penado mucho encontrarlo después de haber reservado nuestro alojamiento en París. Me parece que la experiencia hubiera sido única e irrepetible. Una manera de desconectar del bullicio de esta ciudad sin alejarse del centro.
¿Os quedaríais en un hotel-barco? ¿Puede tener las mismas comodidades que un hotel?
¿Mareará el ir y venir de las olas del río?
¿Os consideráis "marineros de agua dulce" o preferís mantener "los pies en la tierra"?
Sea como sea, no podéis negarme el encanto de este alojamiento tan especial.
*Visto aquí